Sardón de los Frailes, Cultura del Agua
A 66 kilómetros de Salamanca entre las dehesas del Campo de Ledesma y las Arribes del Duero, en el límite con la provincia de Zamora, se ubica Sardón de los Frailes, a 748 metros sobre el nivel del mar. El término está rodeado en tres de sus flancos por el embalse de Almendra.
Parajes que en el último siglo con la construcción de la presa han ganado en pluralidad, las aguas han invadido parte del término. Paisajes llenos de rincones y sensaciones, plagados del misterio de lo oculto, de lo sucumbido bajo las aguas.
La historia demográfica de Sardón tiene dos hitos importantes, en el siglo XIX, las mejoras sanitarias causaron un gran aumento de población, ascendiendo de 133 almas en 1842 hasta las 402 de 1887, cifra más alta a la que llego el censo.
Entonces comenzó un paulatino decrecimiento hasta el 1900, donde estabilizó en 365 habitantes, durante la década de los 20 vivió otro momento de regresión situándose el padrón de 1920 en 302 sardoneses, en las sucesivas se mantuvo en números similares.
El segundo hecho influyente en la demografía fue la construcción del embalse, en 20 años el censo cayó casi un cincuenta por ciento.La anegación de las tierras por las aguas redujo considerablemente el número de hectáreas laborables, disminuyendo el trabajo, lo que provocó el éxodo de un gran número de jóvenes, situación agravada por la mecanización del campo.En 1981 contaba con 129 habitantes, la disminución ha sido paulatina quedando 82 vecinos en el año 2016. Vetones y Romanos
Nada podemos asegurar sobre la historia anterior a épocas repoblacionales, salvo la existencia del pueblo vetón sometido por el romano. La herencia vetona queda patente en la tradición ganadera del lugar, donde proliferan chozos y cercas de piedras hincadas. La primera repoblación con foramontanos llevada a cabo en tierras de Ledesma en el Siglo X, aunque es de sobra conocida la presencia en esta zona de las culturas romana y mozárabe. El término foramontano hace alusión a las gentes procedentes del norte de la Península Ibérica, con las que en el siglo IX se repoblaron las tierras de la meseta del Duero, que quedaran vacías como consecuencia de las guerras entre los musulmanes y el Reino de Asturias en los primeros años de la Reconquista, durante la Alta Edad Media. A tiempos de los romanos se atribuye su nombre, derivado de la voz latina exarritare, que significa monte bajo de encinas, evolucionada hasta concluir en Sardón. El predicado de los frailes hace clara alusión a la pertenencia en el siglo XIV al convento de San Esteban en Salamanca. Desde tiempos romanos debió permanecer habitado sin conservarse ningún resto del momento. Siglos X – XI – XII La presión de la reconquista y los continuos conflictos entre cristianos y musulmanes hicieron que estas tierras, como la mayoría de las tierras del Duero, fueran llamadas tierras de nadie, sufriendo la despoblación, aquí hubo varios intentos repoblacionales desde el siglo X.Al igual que en otros lugares sometidos a la Villa de Ledesma, serán repoblados a finales del siglo XI por Don Raimundo de Borgoña por orden de su suegro Alfonso VI. En el siglo XII, Fernando Ponce por encargo de Fernando II volverá a repoblar Ledesma y su jurisdicción, época a la que perteneció la primera iglesia de la aldea bajo advocación de San Pedro. De los primeros siglos tras el asentamiento de sus repobladores resulta su iglesia en advocación a San Pedro, Patrón desde el Siglo XII y que con el tiempo perdió protagonismo por la coincidencia de su onomástica con las labores agrícolas. | |
Del Siglo XIII al XVIII
El 10 de septiembre de 1259 el Cabildo de Salamanca llega a un acuerdo con los clérigos de Ledesma para el reparto de los diezmos de sus lugares, entre los que aparece por primera vez Sardón. Sardón fue cedido durante el siglo XIV a los Dominicos de San Esteban de Salamanca, en cuyas manos permaneció hasta las desamortizaciones. La jurisdicción del lugar continuó bajo el rollo de la Villa de Ledesma y su señorío, que tras pasar por varias manos recabó finalmente en el Duque de Alburquerque al que Enrique IV le otorgó el título de Conde de Ledesma. A medida que avanzaban los años el protagonismo recayó en la Virgen del Rosario, imagen a la que se ofrecían los frutos tras la recolección de las cosechas. Dentro de este apartado religioso, en el siglo XVIII y como consecuencia de una gran epidemia que se llevó a la mayoría de las criaturas, en el que un siglo más tarde aparece como anejo la hoy finca del Villarejo, surge la figura a Santa Ana, que supuestamente evitó la muerte de uno de los hijos de una familia logrando la veneración de sus vecinos. Texto rescatado | El 27 de abril de 1753 en el lugar del concejo de Sardón de los Frailes para cumplimentar las respuestas del interrogatorio de ensenada, el señor Lorenzo Torrente, Subdelegado, hizo comparecer ante sí a Bartolomé Villar, alcalde, Francisco Ballesteros y Cristóbal Rodríguez, regidores, Pedro Criado, Manuel Bajo, y Manuel Ballesteros, peritos. Estando presente Don Carlos Barrueco, Teniente Cura del lugar que reside en El Manzano, todos juraron decir la verdad bajo la señal de la cruz, respondieron que este lugar pertenece a la Roda de Villarino, al partido jurisdicción de la Villa de Ledesma. Explicitan que es término redondo, propio y privativo del colegio de San Esteban, de los religiosos de Santo Domingo de Salamanca, añaden que es señorío del Duque de Alburquerque que recibe las alcabalas, que ascienden a 499 reales de vellón y las tercias correspondientes. Afirman que solo hay tierra de secano para trigo, centeno, herrén, cebada, pastos, matorrales, encinas, álamos, negrillos y robles. Criándose corderos, cabritos y pollos, así como sus derivados. Continúan señalando el valor de sus frutos, quince reales la fanega de trigo, diez la de centeno, siete las de cebada, cuatro las de bellota, seis reales la alameda por su corteza, cinco cada cordero, dieciocho la arroba de lana, veinticinco la de queso y veinte maravedíes cada pollo. Aseguran que tan solo hay un molino harinero con dos muelas sobre el arroyo de la duerna y treinta y un pies de colmenas, dieciocho de José Ballesteros y las trece restantes de la viuda Ana Dorado. Confirman que son 26 vecinos, incluidas las viudas, calculamos unas 91 almas que habitaban en veinticinco hogares, ocho pajares, dos paneras y dos corrales. Continúan indicando que en el término existe un barbero, Francisco de las Heras, vecino de Monleras, y un tabernero que es Francisco Hernández, un herrero Manuel Ballesteros, un guarda del pan Francisco Luis, un montaraz llamado Francisco Luengo, un jornalero y un labrador. Concluyeron firmando ante Pedro Cámara de Escribá, el juez subdelegado Lorenzo Torrente, y por los alcaldes regidores y peritos, y por el testigo Francisco Santín, vecino de Villarino. Alcabala : impuesto más importante del Antiguo Régimen en la Corona de Castilla que gravaba el volumen de las ventas y era el que más ingresos producía a la hacienda real. Herrén: Forraje que se siembra en una parcela cercada de cebada, trigo o centeno y luego se siega para dárselo al ganado en verde. Negrillo: Árbol de tronco fuerte y derecho, copa ancha, hojas caducas ovaladas cubiertas de vello por una cara y flores de color blanco rosado. La principal moneda entre los siglos XVI y XIX fue el real de a 8 o moneda de 8 reales, esta nació con Carlos I y desapareció bajo el nombre de 20 reales de vellón con Isabel II.Durante estos años, existieron monedas de cobre (maravedís), plata (reales) y oro (escudos).Hubo monedas de 1, 2, 4, 8 y 16 maravedís, 1/2, 1, 2, 4 y 8 reales y 1/2, 1, 2, 4 y 8 escudos. También tuvo respuesta el interrogatorio de la alquería de Villarejo, a 19 de abril de 1753, se reunieron en la casa del montaraz el juez subdelegado, el alcalde del lugar de Sardón, Bartolomé Villar y los peritos Pedro Criado, Manuel Bajo y Manuel Ballesteros, respondieron que es un jurisdicción del partido de Ledesma, señorío del Duque de Alburquerque, y término redondo ayugado de la Marquesa de Castelar, señalan la existencia de encinares y robledales, dispersos por todo el término. Dicen que se recogen los frutos de trigo, centeno y herrén, añadiendo que se crían corderos y becerros, señalaron que en la alquería vive tan solo un vecino, que es el montaraz, morando en la única casa habitable, acompañada de corral para encerrar el ganado. Concluyeron firmando ante el fiel de hechos. Sardón hasta nuestros días
Durante años en Sardón reinó la tranquilidad, el trabajo en el campo no daba lugar a más tiempo que a estar pendientes de la labor y poder así hacer frente a la renta de sus tierras que debían pagar a la iglesia, la llegada de la desamortización a principios del Siglo XIX, con la retirada de las tierras al clero, supuso que a finales de ese siglo su población alcanzase sus más altas cotas, una situación que se mantuvo hasta la década de los 50 y que años antes motivaría la reconversión de la ermita de Santa Ana en escuela, cerrada hace 40 años. La desamortización española fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado a finales del siglo XVIII. En 1958 se inició el proceso de compra de las tierras, para la construcción de la presa por una empresa hidroeléctrica, adquiriendo 1500 hectáreas del término de Sardón de los Frailes, por los que pago 17 millones de las antiguas pesetas. La presa se terminó en 1970 y al embalsar el agua anegó más del cincuenta por ciento del término de Sardón creando una pequeña península rodeada por la inmensidad del Embalse de Almendra. Desde los 70 predomina la ganadería lanar y vacuna sobre la agricultura, quedando esta reducida a forrajes complementarios. Otros negocios son necesarios para fomentar la permanencia de gente joven en el pueblo, cuyo mercado laboral es muy restringido, se ha apostado por el turismo rural por los aspectos potenciales del pueblo, por un lado el pantano y las actividades que se pueden realizar en él. Por otra parte, el pueblo, que permanece manteniendo la fuerza pintoresca y atractiva de las arquitecturas tradicionales del pasado. Y por último por sus espectaculares instalaciones en forma de piscina climatizada y pabellón de deportes.